La ola perfecta‘ (EDT, 2012) no es un tebeo sobre ETA. Sale la banda terrorista, pero los protagonistas son otros. Lo que sí es este cómic, con guión de Ramón de España y dibujo de Sagar Forniés, es una historia de amor entre personajes en busca, como los surfistas, de una ola perfecta que no llega.

‘La ola perfecta’ supone el regreso al mundo del tebeo de Ramón de España (Barcelona, 1956), tras ocho años de silencio en este medio. Para su vuelta ha elegido como dibujante a Sagar Forniés (Zaragoza, 1974), un valor seguro a la hora de plasmar argumentos preñados de negritud. Así lo demostró en ‘Dimas’ (Astiberri, 2009), junto con Andreu Martín -otro escritor y guionista de largo recorrido- y en ‘Bajo la piel’ (Astiberri, 2005), con guión de Sergi Álvarez.

El protagonista de ‘La ola perfecta’ es Diego, un policía que, tras perder a su mujer en un atentado de ETA, es destinado a Barcelona a una unidad anti-droga. En una de las redadas que lleva a cabo, conoce a Susana, una chica embarazada que le recuerda a su esposa asesinada. Diego se aferra a ella en un intento de rehacer su vida, pero los demonios de su pasado todavía le persiguen. Y es que los fines de semana se va de escapada al País Vasco para, junto a su suegro, cobrarse venganza dando palizas a abertzales impunes…

Ramón de España construye, como se ve, una trama potente, en la que la presencia de ETA es telón de fondo de una historia de amores complicados y ansias de redención. ‘La ola perfecta’ es una constante acumulación de emociones hasta un desenlace al que el lector llega ansioso. El argumento fue creado originalmente para el cine, pero ningún productor quiso afrontar el proyecto. Sin lugar a dudas hubiese sido un buen thriller lleno de diálogos memorables -como lo es el tebeo-.

En lo gráfico, Sagar deja atrás el dibujo claro que mostró en ‘Dimas’ y opta aquí por un pincel más suelto y «sucio» -en el buen sentido de la palabra-, que hace fluir la narración y a la vez remarca su negritud. De escenas de violencia cruda a momentos contemplativos o de ternura, Sagar recorre esta montaña rusa con naturalidad y seguridad.

Quizás ‘La ola perfecta’ peca de exceso de carga dramática, de acumulación de elementos para dejar al lector agarrado al tebeo. Uno se va dando cuenta de la jugada, pero la trampa funciona bien y se hace perdonar. Como dice el propio Ramón de España, preguntado por lo arriesgado del proyecto: «¿Peligroso? Pero si solo es una historia de amor con un trasfondo de violencia. El único peligro que le veo es que el lector no se sienta atraído por el romance de un poli atormentado y una embarazada de siete meses con un tornillo suelto».